No es acaso la
vida de los rockeros un sin número de acontecimientos extremos?, no es acaso
ese sueño de triunfar, conseguir la fama y vivir como realmente se quiere lo
que nos mueve cada uno de los días que estamos despiertos? No son esos propios
acontecimientos que marcan de una u otra forma nuestras vidas para siempre?
Recuerdo mi niñez y gran parte de mi adolescencia en esa hermosa zona del campo
Chimbaronguino llamada La Platina, entre aire limpio, animales, olores y
sabores inigualables, una historia y recuerdos antes del rock, imágenes de mi
madre cantando a todo volumen canciones desgarradoras, letras de amor y desamor
que obviamente a los 7 u 8 años uno no conoce, y no debe por que conocer, pero
que el día de ayer, volvieron a darme una bofetada y a recordarme que todo tuvo
un comienzo, y sin quererlo, me di cuenta que esas canciones que marcaron mi
niñez, hoy, con 32 años, toman forma y le dan un sentido a esa parte de mi
memoria borrada sin querer por los riff de alguna de mis bandas favoritas, o
esos solos de Gilmore o Slash que son los primeros recuerdos del rock, que al
menos equivocadamente siempre creí eran el principio de todo.
Ayer recordé la
pobreza que vivíamos por esos días, el hambre y el frio, que por esas cosas de
la vida, ya no recordaba, en ese entonces eran parte de la normalidad, y nunca
fueron tema, pero siguen y están ahí. Ayer recordé esas lágrimas que alguna vez
cayeron por mi rostro por culpa de la impotencia de estar donde estaba y no en
otro lugar, ayer, al enterarme de la muerte de Juan Gabriel, todo eso vino a mi
mente, esas canciones que sin quererlo memorice, y que claro, no forman parte
de mi play list, no las tengo en mp3 en mi computador y mucho menos las tengo
en mi celular, no forman parte de las canciones que uso para conducir, y no
tengo ningún disco de colección de su música, porque están en otra parte, ocultas
sin que nadie, ni si quiera yo, se den cuenta, en ese subconsciente de mi
cerebro y en la esquina jamás visitada de mi corazón, justo ahí, dormidas,
calmadas, enterradas tal vez, pero salieron a la luz nuevamente, irónicamente
con la muerte, irónicamente al darme cuenta que ya no van más, se acabó la
historia y bueno, inevitablemente un cosquilleo inundo mi interior, al
principio lo tome con humor, luego al ver la cantidad de reportajes en todos
los canales, y la cantidad de gente que hablaba y lamentaba su partida algo en
mi me hizo poner un par de videos en internet, me reí mucho al ver esos movimientos
afeminados después de cantar un par de estrofas, pero que de apoco fueron
despertando esos recuerdos que antes mencionaba, y una profunda pena se me vino
por dentro, pero quedo ahí, con el trajín del pasar de las horas, y el movimiento
de mis hijas, solo hice como si nada pasara… pero la historia no termina ahí,
hoy al despertar y echar una breve mirada a Facebook, leí un comentario de un
amigo rockerazo, que decía, “no lo nieguen, todos se saben al menos una canción
de Juan”, y uf, todo volvió, después de dejar a mis hijas en el colegio, puse
nuevamente un video de Juan Gabriel en el computador, a modo de homenaje, solo
en mi casa, y bueno, me paso lo que me paso, y sin pensarlo dos veces, me
motive a escribir estas palabras, que son un paréntesis en mi blog, pero al fin
y al cabo ¿no se trata de eso?, una historia de superación, de pobreza, el
abandono de su madre, lidiar con la fama y la contra fama, con el amor, los
hijos, las amantes, los amantes y todo lo que rodea a una súper estrella, una
vida de rock star, con canciones de amor desgarradoras que hacen gritar a sus fanáticos
hasta más no poder y que inevitablemente a este servidor tocan al menos un
instante. Tal vez el destino me hizo caminar por el camino del frente,
rockeando todos los días, vestiduras, actitudes y pensamientos distintos, pero
que de vez en cuando, hecho una mirada para ese frente paralelo, que marco no
solo una etapa de mi vida, sino toda mi historia, hasta siempre señor, la
música no muere, y mientras haya gente que lo recuerde, Juanga, estará ahí…
Rock, Poesía y Muerte…
Saludos a todos, Charly.
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